viernes, agosto 25, 2006

"Me debes un favoooooor"

Cuando uno elige su profesión, o simplemente decide qué quiere estudiar piensa en su futuro, en como esos estudios le proporcionaran un trabajo, en si ese tipo de trabajo le satisface, si le gusta, si le permitirá ganarse la vida, si dejará salir a flote sus mejores cualidades... Pero olvidamos una cosa, la de siempre, la estupidez humana, que por cierto, es infinita.

Cuando yo decidí ser psicóloga pensé que se me podía dar bien, me encanta saber qué hace la gente, y por qué, que actos preceden a otros, ver como nos contradecimos constantemente, como nos motivan cosas que nos destruyen... y además creo que tengo una gran capacidad que es la de no juzgar comportamientos, o por lo menos no hacerlo de primeras, siempre he pensado que cualquier acto tiene su razón de ser, aunque sea solamente para la persona que lo realiza.

Poco a poco después de algunos años observando todo tipo de conductas te das cuenta de que tampoco tiene tanto misterio la cosa, la mayoría nos guiamos por cuatro estupideces aprendidas y por un puñado de instintos básicos.

Todo esto venía de aquello... que yo pensé que me gustaría pero olvidé lo básico. Primero que esta profesión me suponía escuchar vidas durante horas, las vidas las cuentan personas y a las personas me cuesta soportarlas, pero esto lo tengo asumido y lo llevo como puedo y segundo, el concepto de los demás sobre tu profesión. Aquí se abre todo un abanico de estupideces de lo más variado, aunque todas giran alrededor de un concepto peliculero y mágico de lo que es un psicólogo.

Tu conoces a alguien y como el tema de “y usted a que se dedica?” saca de muchos apuros, pues siempre sale, “veras.. yo soy psicóloga” y aquí empieza el espectáculo, yo cada vez que lo digo ya cierro fuerte los ojos y giro un poco la cara por miedo a lo que me pueda salpicar.

Gilipollas Tipo A(femenino): “alaaaaaaaaa psicóloga!! que guay, me psicoanalizas?”, a la próxima le voy a decir “si claro, como no? date la vuelta y ponte a cuatro patas”. Este tipo de señoritas piensa que psicoanalizar es adivinar si serán capaces de ligarse al tipo que les gusta, o si aprobarán en septiembre las que les quedan.

Gilipollas Tipo A(masculino): “uuuuuuuuuh, una psicóloga no me vayas a psicoanalizar eh?” y carita de dandy. Este en cambio piensa que sólo una psicóloga puede pensar que es un enfermo atontao que se pone morcillón con una caja de donetes.

Gilipollas Tipo B(neutro): “si? Que interesante, te puedo contar lo que soñé ayer para saber que es?” ...mirada al cielo y manitas en la cabeza.

Gilipollas Tipo C(esta es mi favorita) : “que fuerte! y ¿como soy?” diosssss........ pues IMBECIL! pero esto también te lo podría diagnosticar un fontanero.

Y por último el Gilipollas D o cansino de discoteca, convencido de que no hay mejor manera de ligarse a una psicóloga que contándole que esta fatal, “estoy fataaaaaaaaaal!”, contándoselo muy lento, muy largo, muy.... cansino. A estos ya directamente les pido pasta.

Pero visto lo visto, mejor ser psicólogo que informático.

jueves, agosto 03, 2006

Donde dije digo digo diego


He descubierto a un conocido entre las líneas de un blog. Esa forma de escribir tenía que ser de él… o de alguien muy cercano a él.

Que te descubran cuando tratas de tener un blog anónimo es una putada y es que luego vienen los problemas de qué decir, cómo hacerlo…

Cuando comencé mi blog cometí un gran error y fue dejarme llevar por una ventolera de egocentrismo que acompaña a estos despelotes públicos y avisar a todos mis conocidos para que me leyesen, esto me reportó lo que supongo que buscaba, lectores agradecidos, comentarios agradables… pero me quitó uno de los grandes placeres que yo encontré siempre en escribir y es poder poner todo lo que no se podía decir, y cuidao que decir digo mucho.

Tuve otro gran conflicto y fue comenzar con post que al parecer resultaron más o menos graciosos cuando, como ya he dicho, mi intención era desahogarme y no hacer reir a nadie, que soy muy payasa pero no es por vocación… Y ay de mi! cuando tuve la suerte de pasar una mala época, en fin..ya escribí sobre aquello. Todo fueron reproches, exigencias, parecía que habían pagado una cuota de charcarrillos o algo así.

Otro asunto relacionado con el asunto este de tener un blog medio atendido es que es algo muy difícil escribir una historia en la que están implicadas más de dos personas sin decir sus nombres o sin volver loco al que lee y por supuesto, como bien decía en su mail mi conocido desenmascarado, decidir que le puede interesar leer a la gente y una vez decidido, saber hacerlo de manera que no resulte un chorizo infumable.

El caso es que a día de hoy tengo más lectores que no conozco (de entre los 3 o 4 que me quedan) que conocidos y aún así sigo escribiendo con miedo a que fulanito se acuerde de mi blog y lo visite, con cuidado de que menganito piense que hablo de el cuando no es así y con el respeto a la intimidad que me impide contar lo gilipollas que es futanito y por qué.

Y pensareis “ábrete otro blog” si, yo también lo he pensado pero me conozco, y volvería a ocurrir lo mismo. Cuantas veces he dicho “esto no se lo cuento a nadie” y a los 5 minutos estaba soltándolo todo como una loca o he pensado después de hablar con alguien” nunca más trato este tema con esta persona” y nada, leches! To lo cuento a pesar de arrepentirme siempre o casi siempre.