miércoles, enero 31, 2007

Errores de pronóstico

Empecé el año con energías renovadas, asumiendo que aún no estoy preparada para ciertas cosas y dándome cuenta de que en cambio se me hace tarde para algunas otras. Y son esas, las atrasadas, las que he cogido por los huevos con todas mis fuerzas.

Se acabó la pereza de la que hablaba dos o tres post atrás, que no tengo edad coño!. Total que me he enfrascado en un ritmo imparable de actividades que han desembocado en un efecto rebote de desvelo total... (cualquiera que me lea....) ha desencadenado una crisis de insomnio que va a acabar con mi cordura, o lo que tenga yo que equivalga a la cordura. No duermo.

No duermo una noche, no duermo la siguiente... me derramo dos horas la siguiente, me despierto una hora antes de que suene le despertador... esto es algo que no me ha pasado jamás. Me ha pasado que suene y no lo oiga, pero despertarme antes? . Si algo se me ha dado bien toda la vida es dormir, dormir es lo mío. Había llegado incluso a controlar los sueños, utilizaba los 5 minutos de prorroga mañanera para rematar el sueño como yo quería, era capaz de reconocer una pesadilla y hacerle un corte de mangar al toro que me perseguía, y caía por los precipicios disfrutando del vuelo porque sabía que caería en mi cama. ¿Donde quedó todo eso?, ¿donde quedaron los viajes abrazada a Morfeo?, ¿dónde todas esas historias enrevesadas tentándome para interpretarlas como mejor me viniese...? ¿dónde esos “5 minutitos mas por favoorrrr”!?

Esto, que yo sepa, solo ocurre si se dan al menos una de estas tres circunstancias: ser una gallina, ser anciana o tener mala conciencia.

3 Comments:

Blogger Álvaro said...

A mi me pasa lo mismo, si te sirve un poco de consuelo. Bueno, no exactamente igual, porque a mi lo que me jode es que se acabe el día. Y es entonces, en el reino de las AM, donde el cuerpo me pide más guerra. No tengo sueño, no quiero irme a la cama, y me pongo a hacer frikadas. Ahora sé que debería acostarme para no levantarme mañana destrozado... pero no quiero que se acabe el día¡¡¡¡

PD: no he querido entrever que sea una frikada leer tu blog :-)

1:24 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Anda la ostia, eso me pasa justo a mí también, que no quiero que se acabe el día, siempre me parece que se le puede exprimir más y claro, luego pasa que cuesta un huevo levantarse. Y no sólo eso, si resulta que el fin de semana no he hecho todo aquello que durante la semana voy guardando por falta de tiempo en plan "jeje, cuando llegue el finde ya verás, a esto le meto un repaso que te cagas" luego hasta me siento mal. Creo que lo mejor que nos puede pasar a los que sufrimos esta cosa que no sé si será hiperactividad o qué, es que un algo de fuerza mayor nos obligue a parar un poco. Yo ya lo estaba deseando y tachán, he pillado una gripe o algo así, y con la excusa de la fiebre y el cansancio ayer no fui a trabajar y me tiré (casi) todo día reguleando, disfruté de un paseo matinal a la farmacia y me enamoré de la panadera que anda que ya me vale no haber pasado antes por ahí (y por cierto, yo la he visto primero eh). Hay que ver lo bien que sienta de vez en cuando no hacer nada, aunque hoy ya estaba hasta los cojones y he ido a currar, cosa que no debería haber hecho porque casi me da un patatús en el metro, pero qué le vas a hacer, soy un niño así de idiota.

9:50 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Los buenos propositos y planificaciones no sirven.
Sólo con voluntad y sin miedo a arrepentirse por las cosas a las que se renuncia.

7:06 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home