miércoles, julio 05, 2006

Abriendo a la banda

Tiendo a pasarme horas paseando por el pasado, recorriendo calles, mirando caras, viéndome desde una rendijilla ser feliz, ser valiente, hacer el capullo o cometer grandes errores. El pasado de ayer o de hace 7 años.

Hay cosas de mi pasado que me gusta recordar, pasar sobre ellas una y otra vez sin tener por esto que añorarlas, me gusta recordarlas, valorarlas, juzgar mi comportamiento... Considero que del pasado se aprende, pero hay que pensar en él, darle vueltas y llegar a conclusiones sobre qué y cómo se hizo tal cosa, no vale sólo con tener un pasado, de eso también tienen los calamares.

Este mismo proceso lo sigo con las historias del pasado de los demás, que aunque sesgadas algo de miga se les puede sacar. Y digo lo de sesgadas porque me indigna hoy la puta manía esa de adornarlo todo, en vez de usar la vida para aprender de ella y para no cometer los mismos errores, jugamos a disfrazarla de éxitos, de prepotencia y de razones sin razón. Yo trato de creerme lo que me dicen sin más.

Nunca escucharas a nadie decir” mi novio me dejó porque soy un coñazo de tía” o “dejé a aquel chico porque me perdió la inconsciencia” y en caso de decirlo siempre tendrás al lado un buen amigo que te ayude a volver al redil con un “ que va tiiiiia, no sabe lo que se pierde” o “ no te merece” (como si fuera una algún tipo de premio, que ya ves tu). También somos muy dados al “tu vales mil veces más” estilo Pantene, o “esa historia no tenía futuro” cuando en la mayoría de las veces se puede contestar”que coño sabrás tu del futuro de mi historia!”.

Otro mecanismo muy recurrente en el jueguecito del Yosiquesoyfeliz se da al encontrarte a alguien por la calle, un amigo de hace tiempo o una ex pareja, en este tipo de situaciones creo que lo mejor sería pasar de largo, porque de lo que te diga o puedas decirle tú la traducción es libre, pero que muy libre. Si le va bien, lo sano para nuestra salud mental es no creérnoslo, “igual un poco bien, pero no tanto como le podría ir conmigo claro” e inmediatamente inventamos que a nosotros nos va mejor, siempre mejor. Pero es que si le va mal directamente nos regocijamos en nuestro éxito ficticio, eso si, dándonos mucha importancia... pero como quitándonosla.

VS






A mí me han dejado por ser un coñazo, por dejar de gustarle a alguien, he dejado a quién no debía, me he arrepentido, he echado de menos, no he conseguido estar con alguien porque sencillamente no le gustaba, no porque acabase de salir de una relación difícil, ni porque tuviese miedo al compromiso, ni porque “le gustase demasiado” esta es de mis favoritas.


Todo esto apesta y yo trato de evitarlo. Llevo desde bastante joven incumpliendo esta ley de supervivencia del orgullo y no me ha ido tan mal. A mi la vida me va normal, y al que me pregunte se lo diré, pero también me ha ido mal y se lo he contado hasta al Tato (entre otros). Si doy con alguien que me odie y pregunta, le diré que me va mal si así es, lo que haga con la información corre de parte de su conciencia, igual hasta participo con mi fracaso en parte de su éxito, eso hace a uno muy importante en según que casos.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Es muy cierto, a veces, incluso cuando estás más jodido, si te encuentras con alguién que hace tiempo que no ves, aparentas ser la persona más feliz del mundo y que todo te va de puta madre. ¿Por qué lo hacemos? no lo se pero es una práctica muy común. Ojala todos pudieramos hacer o decir las cosas como tu las dices, igual algo cambiaría, o no.
Willy

3:51 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Pos no sé, así pensando pensando, el reconocer las cosas tal como crees que son no es lo mismo que verlas como son, en estos embolados siempre hay dos formas de mirar más o menos igual de válidas, como mínimo. Sí parece que se evita mucha basura psicológica no intentando maquillar lo que nos pasa, pero el complejo de "protagonista de tu propia película" es muy fuerte, hay que lucir de cara a la galería, y la recaudación depende de lo guay que sea el guión y lo bien que actúe la estrella. La cuentas tú solo, tú solo (repeat), en función de lo que creas que se creen los demás.
Esta forma de vivir del reflejo que nos devuelven es jodida en cualquier caso, pero muy difícil aparcar el orgullo y desmantelar el castillo (el conceto), y vivir de otra manera. ¿Cuál? ¿Cómo? Ay. Por lo menos ya no se está completamente solo, y es nuevo!
Precisamente andaba yo reconcomiéndome con estos temas de chubí o nochubí, moooola, yo no lo hubiera puesto así, tan claro. Viiiva viiiivaa!!

5:11 p. m.  

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