martes, junio 14, 2005

Un limón y medio limón

Ayer estaba pululando por la cocina cuando vi una naranja,. Así de primeras encontrarse con una naranja no tiene mayor trascendencia, pero yo que me caracterizo por mi dramatismo y por mi insensata cabecita melodramática sin comerlo ni beberlo me encontré fantaseando sobre la fruta y el amor. Y es que.. ¿de donde viene eso de que todos tenemos nuestra media naranja? Y si todos tenemos nuestra media naranja, eso nos convierte a cada uno de nosotros en una media naranja claro, media naranja que pasa la vida buscando su otra media, personalmente me parece una ginkana muy jodida. Para los que creemos, creíamos o esperamos volver a creer algún día en el amor la idea de las naranjas me parece cruel, sería más humano ampliar el concepto a todos los cítricos o incluso a todas las frutas, incluidos frutos secos. A mi la naranja se me hace demasiado dulzona, prefiero encontrar mi medio pomelo. También los hay que se consideran sólo un gajo y tienen que encontrar al resto, y he oído que luego los van enterrando por ahí, como los perros... eso es un mundo aparte, recomiendo la técnica del armadillo. La misma que usais cuando se acerca ese tipo de camisa (de sedilla) por dentro, sudor en la frente y grupo de amigos coreando detras y dice "hola guapa ¿como te llamas?" y tu oyes "quiero ser tu medio melón ".

Yo me suelo enamorar de higos chumbos, alguna que otra castaña... frutos punzantes en general, de manera que yo que me considero pistacho cada dia tengo más papeletas para ser el que todo el mundo devuelve a la bolsa, el pistacho cerrao. (parafraseando aquí a mi amigo Pablo y su articulo sobre los pistachos con reposición).

Dado el espesor que me invade esta mañana pongo aquí punto y final. Tengo mucho pendiente que contar pero hoy mi cerebro es puritito engrudo no más.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

lo ideal es que cada uno fueramos una fruta entera y que de vez en cuando encontraramos el azucar para endulzarla, pero es una putada buscar, buscar, buscar. ¿Y si en lugar de naranja es mandarina? ¿y si en lugar de mandarina, y pareciendo igual, es una clementina? VAYA LÍO EL MUNDO DE LOS CÍTRICOS

Para cinco horas estoy lúcida

1:57 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ay bueno! No más que te sentiste pistachito cerrado? Mirate que no es buena cosa lo del pistachito cerrado? Andatele q yo creo q eres una frutita linda, que es que no encontraste aun un comensal que te mereciera no más!!

;-)

2:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bueno hija tod@s hemos tenido algún higo chumbo (o cardo borriquero en su defecto), pero yo sigo animada a seguir buscando, eso sí pararé cuando me toque alguna pipa rancia. Lo malo de todo es que siempre recordamos más los sabores amargos que los dulces ¡MIERDA DE PAPILAS GUSTATIVAS!

3:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Las medias naranjas no existen, ni los medios pomelos, ni nada que encaje a la perfección. Solo existen las medias piedras. Cuando se creo la humanidad todos formabamos parte de una piedra gigantesca. Un hijo puta la partio en millones de pedazos, y no hay manera de cuadrar dos. Porque las esquirlas son irrecuperables. Siempre hay "rebabas". Así que no busquemos a nuestra pareja o parejas perfectas porque siempre habrá algo que no nos guste. Cada dia me planteo la naturaleza del hombre...

Saludos de cantera

1:41 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ah, un post sobre naranjas. Qué tema más bien elegido.

Supongamos que todos fuésemos "medias naranjas". Sería absurdo que fuésemos por ahí buscando a la otra mitad. Al fin y al cabo, una vez que la naranja está partida en dos partes ¿de qué sirve volverla a juntar? Si se intenta el absurdo experimento, la única conclusión posible es que no hay manera de mantener unidas las puñeteras mitades. Así pues, si fuésemos medias naranjas, el sentido de la vida no podría ser buscar otra mitad que es igual que nosotros y con la que no vamos a poder hacer nada productivo.

El ejemplo del higo chumbo es mucho mejor, y más abundante también. Un higo chumbo puede ser desesperante en determinadas ocasiones, pero si eres paciente y cuidadoso seguro que sabes apreciar lo bueno de esa fruta. Por desgracia, el cuidado y la paciencia no son especialmente frecuentes entre las personas, y sospecho que entre los higos chumbos tampoco.

Y qué decir de los pistachos... Son un puto coñazo. Requieren un esfuerzo relativamente grande, comparados con otros frutos secos como los panchitos, y proporcionan una satisfacción relativamente pequeña, comparados con otros frutos secos como los panchitos. Así pues ¿quién compartiría su vida con un pistacho?

5:51 p. m.  

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